Malú López: “Soy como la casa hogar de las fotos abandonadas”

La joven fotógrafa presentará muestra en la inauguración del nuevo campus de Corriente Alterna este 6 de setiembre a partir de las 6:30 de la tarde.

Malú López se ha convertido en el álbum familiar de fotos ajenas a su árbol genealógico. Como una cazadora de tesoros recorre de incógnita las calles del Centro de Lima. A través de sus históricos pasajes busca pedazos de memoria que venden en algún puesto poco concurrido del corazón del Jirón Quilca, o cualquier otro bastión de recuerdos. “Muy poca gente sabe de estos lugares. Para muchos debe ser extraño tener una fotografía que no tiene ningún tipo de vínculo contigo, pero a mí sí me importan. Si están rotas o desgastadas. Si están totalmente veladas. Creo que me gusta guardar esa esencia”, sostiene la joven fotógrafa y archivista.

Tras casi 7 años de ganar experiencia en el mundo del diseño gráfico publicitario, Malú decidió dar un giro de noventa grados y estudiar fotografía en Centro de la Imagen. Desde entonces, quedó enamorada del archivo y decidió explorar su arte a través de la memoria de otros sin imaginar en que se convertiría en su propio sello. “Hay un sentimiento de revaloración a las fotografías que son abandonadas o despojadas de los álbumes familiares. Realmente soy como una pequeña coleccionista, pero no solo eso, soy como una casa hogar de las fotos abandonadas”, manifiesta.

A través de estos tesoros, Malú da vida a su próxima muestra fotográfica que expondrá este 6 de setiembre en la inauguración del nuevo local de Corriente Alterna, el primer campus creativo multidisciplinario del país. La fotógrafa da vida a una narrativa artística que combina con escritos de su puño y letra para dotar de sentido a un álbum familiar disperso, desmembrado, con protagonistas que no comparten la misma sangre, pero cuyas memorias han sido rescatadas por esta talentosa fotógrafa.

“Siempre trabajo en un formato de foto libro, pero ahora lo estoy haciendo en pared de galería. Dentro de este trabajo tengo una mezcla entre fotografías rotas, donde uno nunca va a saber cuál es la otra mitad faltante. Entonces, lo que hago es crear un anclaje entre la imagen y el texto a mano. Son como pequeñas microhistorias, ya sea de memorias propias o pequeños juegos que realizo describiendo la fotografía a alguien más para crear un texto. De esa forma, se van creando estas historias”, puntualiza.

Anecdóticamente, Malú López es de aquellas personas a las que no le gusta salir en fotos. Hoy, mira al pasado y recuerda la primera que tomó y tuvo como protagonista a su madre. Posiblemente, sea parte de un libro familiar que no veamos en alguna galería pero que atesora con el mismo cariño junto a otras imágenes que no siendo suyas son parte de su casa hogar.