Organización fundada por el tenor Juan Diego Flórez promueve nuevas estrategias para seguir beneficiando a niños y jóvenes en todo el país.
¡Súmate a la causa y demuestra que el cambio es posible si estamos unidos!
Con 14 años de experiencia y resultados comprobados en la transformación social a través de la música, Sinfonía por el Perú, organización liderada por el prestigioso tenor Juan Diego Flórez, anuncia su campaña anual de donación “Sinfonía que transforma”, iniciativa que tiene como objetivo movilizar a la sociedad civil, familias, empresas y medios de comunicación para asegurar la continuidad y el fortalecimiento de sus programas artísticos y sociales.
En este contexto, más de 35 mil beneficiarios alrededor del país han encontrado en Sinfonía por el Perú una formación artística integral, espacios seguros de protección, acompañamiento psicológico, desarrollo de habilidades personales y oportunidades para crear proyectos profesionales con enfoque internacional.
“Cada día, más de 6 mil niños, niñas y adolescentes en distintas regiones del Perú reciben formación artística de calidad, acompañamiento psicológico, espacios de protección, desarrollo de habilidades para la vida y, sobre todo, una comunidad de bienestar y aprendizaje. Todo esto es posible gracias a la solidaridad de personas, familias y empresas que creen en el propósito de Sinfonía por el Perú y son testigos de nuestro impacto. Este año los necesitamos más que nunca: en el Perú sabemos unirnos por grandes causas y nuestra niñez es la mejor causa común”, señala Gabriela Perona, directora ejecutiva de Sinfonía por el Perú.
La campaña de donación “Sinfonía que transforma”, que estará vigente hasta el 24 de noviembre, busca recaudar fondos para financiar requerimientos esenciales, como adquirir nuevos instrumentos para los programas musicales, continuar el acompañamiento adecuado en la salud mental y emocional de los beneficiarios, ejecutar proyectos de impacto social, y seguir ofreciendo educación musical gratuita.
El llamado de Sinfonía por el Perú es claro: la música no solo se escucha, también se siente, se vive y transforma vidas. Por esta razón, se invita al público a sumarse con donaciones a través de la billetera móvil Yape o Plin, al número 938 149 648; mediante la web sinfoniaporelperu.org/donar (programa de donantes recurrentes), o en las cuentas bancarias habilitadas en BBVA y BCP.
Las empresas comprometidas con la construcción de una sociedad justa y solidaria pueden sumarse a la campaña destinando un porcentaje fijo de sus ventas o servicios, o realizando una donación simbólica para formar parte del grupo de “Empresas que resuenan”, red de aliados que apuestan por el impacto social a través de la música y comprometidas con la construcción de una mejor sociedad.
Además, al estar registrada como una entidad perceptora de donaciones, las personas naturales o compañías solidarias pueden acceder al beneficio tributario de reducción del 10% de la renta de quinta categoría mediante el certificado emitido por la organización.
Con el respaldo de sus 14 años de trabajo, Sinfonía por el Perú reafirma su compromiso de seguir construyendo un Perú mejor a través del arte, la música, la cultura y la educación.
Cuentas bancarias para la donación:
BBVA Continental Soles 0011-0117-0100076469 / CCI 011-117-000100076469-94, BBVA Continental Dólares 0011-0117-0100076477 / CCI 011-117-000100076477-97, y BCP Soles 1949673181097 / CCI 00219400967318109792.
Razón social: Asociación Orquestas Infantiles y Juveniles del Perú.
Sinfonía por el Perú. Es una organización social sin fines de lucro, presidida por el tenor peruano Juan Diego Flórez. Imparte educación musical gratuita a niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad en 10 regiones del país.
La música es el centro de sus intervenciones, construye espacios seguros para clases y talleres, trabaja con sentido comunitario y de manera integral. Ejecuta acciones articuladas con padres y madres promoviendo una formación complementaria al proyecto de vida del estudiante.
A la fecha, más de 6 mil niños y adolescentes aprenden a cantar o tocar instrumentos mediante una enseñanza académica. Acceden a lugares seguros para su desarrollo individual, alejándose de vicios y entornos violentos. Con el tiempo, fortalecen su autoestima, aprenden a confiar y disfrutar el éxito en equipo, cosechan valores, refuerzan sus aptitudes, y sueñan con un futuro mejor.
La transformación en cientos de menores y jóvenes peruanos trascendió muchas veces sus propias vidas, ampliándose los beneficios a familias y comunidades completas, registrándose alrededor de 35 mil personas comprometidas con el arte y la música como motor de crecimiento personal y colectivo.